CASA dm, O DOS PATIOS EN LA MONTAÑA



Una casa frente al mar que se acomoda en una montaña de pizarra oxidada. Como se ha hecho siempre, con sendas que suben montañas por líneas de mínima pendiente.

En este zig-zag, los programas de una casa de playa aparecen de forma sucesiva:

primero, el aparcamiento y zona de bienvenida;
desde allí, una habitación de huéspedes que guarda su privacidad o la ascensión hacia las zonas comunes de cocina, comedor y estar.

Cuanto más se asciende, más se aísla:
los dormitorios y, por último, el estudio, que está como de puntillas para ver el Mar Menor.

Entre las sendas construidas, los dos patios llenos de luz y brisa.

Una casa que es una diversión, con perspectivas forzadas, no hay derecho ni revés, ni dentro ni fuera. Una casa tobogán: desde sus niveles superiores se accede a las cubiertas ajardinadas y a la piscina, con sus bañistas que parecen estar en el horizonte del mar.

Como los dos mares, el faro y las ruinas en la montaña, la casa ya estaba allí trazada. Ahora, sólo hay que construirla como una vida, disfrutándola.